“Péscame, ¿por qué me ignorai? Hablemos, por fa…”, le dije antes de tirarle el celular a la mierda. Fue lo necesario para comenzar. Nos pegamos combos, cachetadas, cada uno se defendió del otro. Él no paró, y ahí caí de rodillas y continué sintiendo sus nudillos en mis hombros y espalda. Me arrastré y fue así…
Espejos rotos (Parte 3)
¿Es necesario este espejo?, estoy reviviendo en propio cuero a mi madre. ¿En qué momento llegué aquí? Me pregunto y aprieto mis brazos. Fue el vino, estoy segura que fue el vino, el vino no era el mejor y siempre nos pasaba lo mismo. Igual que esa vez cuando tomamos vino en Bella y terminamos…
Espejos rotos (Parte 2)
Pese a nuestra decisión vine a verlo. Esta es mi tercera noche en esta ciudad y solo he logrado sentirme nadie y despojada todo el tiempo. No me refiero al clima —que sí, es muy helado—; en Sevilla me siento en casa porque el ambiente latino es fácil de sentir cerca, la calidez humana no…
Espejos rotos (Parte 1)
Desde el rincón, aferrada a mis muslos, levanto la mirada que tengo escondida entre las rodillas; quedo como un cocodrilo con los ojos quietos y secos mirando mi reflejo en el espejo que tengo al frente. Aún los dientes me rechinan como globo desinflándose, tras las mejillas pegoteadas de llanto y moco, calientes por…
Piezas
Todo se acomoda. Sin pensarlo ni imaginarlo, me encuentro en otro colegio y mucho más contenta. Es cierto que mover una pieza es suficiente para que todo lo demás se acomode y empiece a encontrar su lugar. Así, llevo varios días despertando con los ojos risueños y, junto a él, quiero destacar que mi perro…
Galopaba en arroz
Jugaba con los granos de arroz arrojados al suelo luego de ver a su hombre incrustado en otra mujer. Cuestionó su labor en la cama, cocina, trabajo, baño y auto. No encontró razón para haber visto aquella escena: Ella y sus gritos en trance, con los cabellos al aire, galopando juntos al mismo compás. “Yo…
Cuarto propio
Un resplandor, una señal entre tanta piel. Entre tantas bocas perdidas y besos sin saliva. Un rastro de locura, de avidez, de poder y euforia. La naturaleza humana es alucinante, su comportamiento predecible. Mientras corres por el vértigo de la existencia otros recién comienzan a gatear, a vivir, experimentar y entender la esencia de cada…
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Quisiera una cápsula que de una sola vez extinga la pena. Quite el dolor corporal y del alma; la desesperación de las noches y la angustia de los días. Quisiera, en esos momentos, no sentir tanto… Tengo tanta pena aún y la verdad miro el tiempo y lo veo tan lento, tan arrastrado, tan pesadilla…
La obscena libélula de madrugada 